Saturday, December 15, 2007



Miro los volcanes por la ventana. Definitivamente, las cosas ya no son las mismas.

Perdí la cuenta de las veces que, en esta misma carretera, mi estómago fue invadido por miles de mariposas después de tanta emoción. Percibo el mismo olor a plantas; el mismo aire húmedo que tantas veces penetró mis pulmones. Pero hoy es diferente.

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En todas aquellas ocasiones la felicidad se desbordaba de nuestra sonrisa y nuestras miradas. No podía contener las ganas de llegar al camino empedrado de Comala, escuchar las campanadas de su iglesia y aspirar el delicioso olor del pan. Simplemente no podía. Aun siento que tiemblo de gusto cuando recuerdo la llegada a casa de mis abuelos; las risas, los besos, las cosquillas, y los apretadísimos abrazos.

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Y es que sabía que, cuando al fin llegara el día de viajar a Colima, cinco cosas eran seguras:

1. Iba a tener conversaciones larguísimas y muy divertidas

2. Me reiría como loca todos los días

3. Abrazaría gente por doquier

4. Visitaría a todos los que había estado extrañando, y

5. En el camión de regreso me pondría a llorar como 20 minutos...


... Así fueron las cosas por años.

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Hoy todo es distinto. La gente cambia, sí, y mucho.

La vista se me nubla por las lágrimas.

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Sin duda fue un día muy triste. Aunque la familia estaba tranquila, nadie pudo esconder el dolor de ver partir a uno de nosotros. Gracias al cielo estamos juntos. Y lo estaremos hasta el final.

Aun en momentos así, me da un gusto inmenso poder abrazarlos de nuevo y darme cuenta de que esa (y sólo esa) es mi verdadera familia. No importa nada de lo demás...

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Y de verdad no importa. Los tiempos no volverán, pero los recuerdos no mueren tan fácil.

Seguro nos veremos en un futuro próximo, en el que podamos construir mucho más momentos memorables.

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Miro los volcanes desde la ventana. Es verdad que estoy nostálgica, pero las lágrimas han desaparecido. Una gran sonrisa se dibuja en mi rostro mojado.

Sunday, December 09, 2007

De intraterrestres y otras locas fantasías



La verdad, pocas veces me había preguntado sobre su existencia.
La primera vez que escuché sobre ellos me importó un pepino. Creí que era pura habladuría barata, puro intento por llamar la atención: "Si dejas de hacerles caso, se enojan y pueden vengarse de tí. Tu vida se vuelve miserable hasta que pides perdón"... ah, claro... un monigote de madera va a fatsidiarme por el resto de mis días si no platico con él; no cabe duda de que las drogas destruyen.
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Su presencia se hizo cada vez más evidente. En los mercados, en las tiendas departamentales, en las casas de conocidos. Siempre había uno de ellos ahí, cuidando, observando... dominando. Aunque estaban en una esquina, supuestamente uno debía rendirles culto (so pena de quedar maldito por los siglos de los siglos)
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Yo no sé por qué la gente habla tanto de extraterrestres últimamente, si por muchos años lo que se temía era que los intraterrestres desearan establecer contacto con la humanidad. El dato es verídico. ¿Intraterrestres?, ¿qué diablos es eso? Uy, uy, uy... si no sabes de su existencia estás frito. Si creías que las hadas, las sirenas (que en verdad se llaman nereidas), y el monstruo del lago Ness eran las únicas cosas desconocidas y fantásticas en este mundo estás en un error terrible. Los intraterrestres viven en el subsuelo, en los árboles, en los bosques. Tienen un mundo aparte. A veces se enfrentan entre ellos. Nuestro mundo les da un poco de curiosidad pero, sobretodo, tienen suficiente poder como para fregarle la vida a quien no cree en ellos o se atreve a cuestionarlos. Así es. No sólo existen las hadas. También están los duendes, los elfos, las ninfas, los unicornios, y los trolls... esos son los más rencorosos. (Mmmmm sí... definitivamente esta mujer esta desquiciada)
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Ah, ¿no me crees? Lo que pasa es que no te ha tocado. A un amiga mía le aparecían billetes en la cartera y estaba feliz. Pero mejor los devovlió porque recordó lo de los duendes. Resulta que ya a una conocida le había pasado y no le dio la menor importancia. Pobre de ella. El duende estaba realmente enamorado y se la llevó. Lo único que quedó de ella fueron unos pétalos, y no se vovlió a saber nada. La jaló a su mundo.
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Órale... ¿y por qué nadie los ve? Claro que los han visto. Lo que pasa es que luego inventaron que todo era inventado para que la gente no tuviera miedo. Pero ahí están. ¿Por qué crees que ahora los hacen de madera? No es que los trolls sean así. Es que se establece una conexión espiritual y por eso pueden ayudarte. Pero hay que tener mucho cuidado.
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A mi no me gusta creer en boberías. Pero cuando vi esa maldita cosa, esa figura tan rara.. supe que era verdad. Lo miré a los ojos como tratando de retarlo, de convencerme a mi misma de que no podía ser real. De que los objetos no tienen conciencia y por lo tanto no había de que asustarse. Pero parecía que me miraba, con su sonrisa sarcástica, burlona. Como si supiera que me daba miedo.
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¿Dónde viven los trolls? En Noruega. Ajá.. ¿pero dónde? En el bosque. En el centro de la tierra. No les gusta que los vean. ¿Y son de nuestro tamaño? Nadie sabe, porque nadie los ve. ¿y entonces cómo diablos saben cómo son? Porque lo imaginan. Y porque se han llevado a varios y sus voces perduran. O porque lograron escapar y lo dijeron todo. Pero los consideraron locos.
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Volví a verlo. No resisto su mirada...
Claro que es real. El troll me observa, está mirándome y tiene un completo control sobre mi. Sabe lo que pienso, lo que siento, y lo que temo... sobretodo lo que temo.
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No. No... No puede ser. No creo una palabra de lo que me dices. Es imposible que te lleven al otro mundo. Los secuestros extraterrestres me parecen ridíulamente fantásticos, pero ¿los intraterrestres? Definitivamente es la peor historia que has inventado.
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Lo único que recuerdo es que estaba junto a mí. Sentí su respiración y su hedor. Sentí el sudor frío recorriendo mi cuerpo. Estaba ahí, mirándome como si quisiera recriminarme algo. No entendí una palabra de lo que me dijo.



Mi cama quedó vacía para siempre






Friday, December 07, 2007

Estas semanas han sido un verdadero apuro. Sin tiempo para respirar, me he dedicado a redactar como loca, dar vueltas por la ciudad, dejarme orientar por uno que otro investigador, asistir a entrevistas, leer un poco, y hasta viajar en dos ocasiones. Y aunque en ambas me divertí como loca, debo decir que la segunda me ha dejado reflexionando un buen rato.
Con motivo del casorio de mi primo, una caravana de 10 defeños (yo soy potosina, pero después de tanto tiempo de vivir aquí suelen confundirme) salió rumbo a Tijuana. El vuelo estuvo perfecto, y hasta me sentí como milloneta por que nos tocó en un avión de los que van a Japón, con TV individual y toda la cosa... (y vaya que me gustó el mil veces recomendado filme de Ratatouille). Todos llegamos temprano, y mis primos nos recibieron en el aeropuerto.
Después de pelearse con los del hotel porque no respetaron la reservación, nos entregaron las habitaciones justamente 45 minutos antes de la hora de la misa. Me bañé como en 20 segundos, pero oooooh sorpresa no podía abrir la maleta porque en el aeropuerto nos hicieron en favor de poner esos lindos plastiquitos para asegurar los cierres. Y como no dejan subir con objetos punzo cortantes (y de hecho casi con ningún objeto, porque después del 11 de septiembre se ha decidido que todo puede ser un arma mortal) pues claro... las tijeras estaban justa y precisamente... ¡Adentro de la maleta! deteniendo la toalla con una mano y el encendedor con la otra, al fin logré liberarme del cochino plastiquito y cambiarme en otros 20 segundos. Se me corrió la media, pero era lo de menos. Medio me peiné, pinté, y bajé corriendo junto con mis padres. Estaba lloviendo tanto que recordé el pasaje bíblico de Noé, sobretodo después de la empapada que nos metimos. El taxista se perdió. Llegamos escurriendo diez minutos después de que iniciara la misa.... pero llegamos....
Y es ahí donde verdaderamente comencé a reflexionar. Al ver a Héctor ahí, vestido de novio y con una sonrisota. Si todavía me acuerdo de su pijama de rayitas.... Pues bueno, todos hemos crecido. Las cosas cambian mucho. Lo que no cambia nunca son los excelentes recuerdos, las marcas que te deja la gente.
La primera vez que fui a Tijuana, mis primos ayudaron para que no me diera cuenta de que Santa estaba escogiendo los regalos mientras veíamos los juguetes por otro lado. Tuvimos muchas aventuras, porque me consintieron llevándome a Disneylandia. La bota con mi nombre estuvo colgada en la escalera todos los años a partir de entonces; y todos los años sentía una enorme alegría de saber que nos veríamos... a jugar Nintendo, y luego Sega (Joe Montana.. ¡pido primeras!), tomar chocolate caliente, quemar luces de bengala y jugar con el Brownie, que en paz descanse. Sabía que mis primos me harían reír mucho con los malabares de fruta, o con juegos como el de Free Willy, por la sencilla razón de que tenían (y siguen teniendo) una personalidad que cualquiera envidiaría. También recuerdo con mucho cariño las historias de la Rana Ranulfa y las cosquillas que me hacía mi tío cuando jugábamos a la cocina...
... Y de repente estaba ahí, bailando la primera pieza con su esposa.
Wow. Cómo hemos crecido, cuánto hemos cambiado.
Lo que nunca va a cambiar es que son mucho más que unos simples miembros de la familia. Hay demasiado cariño como para expresarlo en unas cuantas líneas.

Sunday, October 28, 2007

Crónica de una plática extraña

Como cualquier otro día, estaba sentada en las escaleras esperando a que iniciara la conferencia. Con singular vestimenta (adornada con un sombrero) pasó junto a mí y se quedó observándome unos segundos.

- ¿puedo sentarme?
- claro ...
- ¿llevas mucho tiempo escribiendo?
- emmm.. no, en realidad no lo hago profesionalmente, aunque debo aceptar que lo hago con bastante frecuencia en mi libreta y no con tanta en la computadora
- qué bien... ¿sabes? hoy me siento muy triste... ¿te molesta que te lo diga?

- no, no tendría por qué molestarme, adelante... ¿qué sucede?
- es que hoy me he dado cuenta de que llevo más de veinte años escribiendo. Y nadie lo sabe. A nadie le importa. No soy Baudelaire, no soy Rimbaud... es tan triste...
- pero ¿para que querrías ser Baudelaire o Rimbaud? estoy de acuerdo en que eran muy buenos, pero tú eres tú. No hay más. Al que le guste que bueno, y al que no ni hablar.
- Tienes razón. Tienes toda la razón del mundo, no se cómo no habíamos cruzado caminos antes. Pero ¿sabes? es raro. Conozco a Ludwika, conozco a Gael, conozco a un montón de celebridades. Pero no pueden. Simplemente no pueden, y eso me mata por dentro.
- ¿por qué?
- Porque no van a llegar. Y yo lo que quiero es conocer a jóvenes que realmente puedan, que le echen ganas. Me está matando por dentro. Me muero de ganas de llorar.
- pues llora entonces...
- ¿Aquí?, ¿ahora? Me da algo de pena, con tanta gente. ¿No te molesta?
- No... si tienes ganas de gritar grita, si te nace brincar brinca, si necesitas llorar llora.. no veo nada de malo en ello. Además te ayudará sacar toda esa tristeza que te oprime ahora.
- Tienes razón , otra vez.

Unas cuantas lágrimas escurren en su opaco rostro. En verdad que es un hombre de personalidad bastante extraña. Pero interesante.

- Discúlpame por venir y contarte todas estas cosas.
- No hay nada que disculpar. Ya te dije: haz lo que te nazca, siempre habrá alguien que comprenda.
- Muchas gracias, de verdad. Gracias por escuchar. Ahora es tiempo de ser fuerte y vender libros.
- Suerte. Y tranquilo... la tristeza es parte de la vida. Vendrán tiempos mejores.
- Eres una dama

Me toma la mano por sorpresa, y se despide de mí como lo hiciera Don Quijote de la Mancha, con un beso en la mano. A la antigua. Me quedo simplemente pensando qué pasa por su mente, si siempre es así, si está bajo los efectos de algo.

- Gracias por escucharme

Y permanezco ahí, sentada, reflexionando. Pensando en que (aunque uno no lo sienta así al principio), el simple hecho de prestar atención a un desconocido puede reconfortarlo en un momento de soledad.

Saturday, October 06, 2007

Lacrimosa - road to pain

lala

Wednesday, September 26, 2007

Y vaya que las cosas han cambiado.

La verdad es que la semana pasada (y especialmente sus últimos tres días) hubo muchísima acción... el viernes me levanté a una hora que ni los gallos se habían despertado, para después dirigirme a la zona de trabajo. Fue divertido. Conocí a una serie de curiosos personajes que bromeaban mucho entre sí. Pues bueno, después de estar ahí una cantidad de tiempo bastante considerable (y de sentir tanta hambre que uno estaría dispuesto a comerse el propio brazo) ya ni ganas quedaron de salir a pasar el rato. El cuerpo pedía cama, cama, y más cama...
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El sábado todo estuvo muy tranquilo. Pasé muchas horas con la familia, lo cual siempre me devuelve las energías. Bendito viaje que hicimos juntos; acabó por unirnos más de lo imaginado. Y como siempre: comer, platicar, comer, reír, comer, caminar, jugar.. con la modalidad de que ahora no se quedaron inmersos en el mundo del poker, al que muchos no entramos porque estamos francamente fastidiados. Nadie imaginaba, ni por asomo, lo que ocurriría al día siguiente. De hecho, muchos apostamos a que la primita aguantaba una o dos semanas más de embarazo...
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El domingo me levanté con el pie izquierdo. De plano, esta sensibilidad no me va a lleva a nada bueno. Para acabarla de fregar, después de la tormenta todavía me doy el lujo de que se me olvidara la maldita cartera, de modo que no pude entrar al consultorio del oculista como la gente normal, que carga su identificación. ¡Me lleva! Dios mío, ¿por qué me hiciste tan tarada? Ni hablar.... al fin pasé a la cita, y me dicen que aunque no lo percibo ya estoy un poco cegatona del ojo izquierdo. Así que ahora sería la primera calaca con lentes en la historia de la humanidad. ¡Ah! pero todo cambió después... en realidad, la noticia de que el nuevo integrante de la familia (y seguramente el sobrinito que será muuuy querido por mí) llegó desde la mañana. Pero como me la pasé haciendo estupideces todo ese tiempo, creo que no lo había digerido realmente. Cuando llegamos al hospital, toda la porquería de antes quedó neutralizada. Sin duda, lo más hermoso del mundo es la llegada de un bebé, y más cuando es esperado por todos. Nadie podía disimular la sonrisa en el cuarto de hospital (ni siquiera la adolorida madre). Se parece mucho a su papá. Y lleva el nombre del mío...
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Gracias por hacerme el día Francisco. Estoy segura de que nos llevaremos bien.
¡Te quiero!

Wednesday, September 05, 2007

Hola de nuevo, mis estimados ociosos.... ahora sí, hace siglos que no pasaba por mi propio rincón para dejar plasmado ningún sentimiento... ¿la razón? sencillo: estaba muy distraída, o muy triste, o ambas. Pero he decidido dejar esa actitud, así que espero que todo se acople a mis necesidades de fantabulosa y mágica manera.
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Y la cuestión es: ¿qué escribir ahora? La verdad es que el tiempo seca un poco el cerebro, el corazón, las entrañas. Uno sigue sintiendo, pero resulta más difícil que antes expresarlo de forma escrita...
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Ayer estaba viendo por la ventana. Mientras llovía, podía ver el reflejo de la luna en cada gota que caía al suelo, uniéndose al enorme charco que se fórmó justo frente a mi cuarto. Pensé en miles de cosas. Imaginé que los seres humanos somos justo como las gotas de agua. Venimos de un lugar más o menos similar, pero nuestra travesía es completamente distinta. Cuando llueve, algunas gotas chocan contra el suelo y no se sabe más de ellas. Otras, en cambio, regresan a su origen comunitario una vez que su viaje (desde el cielo) ha llegado a su fin. Y ahí, con sus semejantes, hacen grandes cosas que apenas son perceptibles por los seres vivos (y en especial por los humanos), carentes de sensibilidad. La mayoría de las veces, se enteran de su presencia sólo cuando su esfuerzo se combina con el de miles de millones de gotas que, como ellos, se preocuparon porque su esencia persistiera... en forma de ríos, lagos, mares.. pero ¿qué pasa con aquellas infortunadas masas de agua que perecieron al llegar al suelo?, y ¿qué hay de las que buscan formas más sutiles de trascender? quizá no se ven, pero suelen hacer cosas mucho mayores de lo que jamás imaginaron... les dan energía a plantas y animales. Humedecen la tierra, y ésta se impregna de su olor.
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Lo único seguro es que la travesía de la lluvia es larga, pero increíblemente rápida. Como las gotas, los seres humanos viven rápidamente, sin valorar lo mucho que los rodea y lo impactante de su fin.
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Y ahí estaba yo, viendo por la ventana cuando llegó la hora de dormir. Me preguntó qué ideas pasaron por mi mente mientras soñaba, oyendo la lluvia golpear los cristales.

Thursday, July 19, 2007

Cada día me convenzo más de la necesidad de construir un mundo aparte.
He estado mascándolo mucho estas semanas.
Pero hoy me has convencido definitivamente... déjame llevarte a un universo paralelo
sin preocupaciones,
sin problemas,
sin estupideces ni estúpidos
sin culpabilidades

solos... viendo la luna, soñando con llegar a ella
sueño con hacerte feliz todos los días

me urge crear el universo alterno...

Thursday, June 28, 2007

Estoy en un espejo
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Los reflejos asustan a veces. Pero no importa. Me gusta jugar con la luz y la oscuridad cada vez que puedo. Y por eso me gustan las estrellas.
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Me gusta el cielo azul, el cielo gris, caminar bajo la lluvia.
Me he sentido tremendamente feliz y estúpidamente triste.
Como si no hubiera una salida...
Por fortuna, comienzo a entender que el dolor es parte de la vida, y que es sumamente útil para comprender lo que significa la felicidad.
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Ya no le tengo miedo a las lágrimas
[aunque prefiero las de alegría que las de angustia]
Y la risa... definitivamente es una de mis cosas predilectas.
Me encanta reírme, pero disfruto más de las risas ajenas... especialmente cuando quien ríe es alguien a quien quiero.
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Este mundo con tanto maldito odio,
cuando lo único que se necesita para ser feliz es amar.
Son pocos los que lo entienden.
A veces pienso que un porcentaje alto de la gente nunca ha amado. Creen que lo hacen. Pretenden porque es lo políticamente correcto. ¿Pero cuántos lo han sentido realmente?
¿Será que también yo vivo engañada? ¡Buena pregunta! Sinceramente, dudo que exista algo más intenso y más profundo que lo que he sentido.
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Me gusta la oscuridad.
Te obliga a pensar.
Sin ningún distractor visual.
Sólo pensar... mientras oigo un buen disco. No importa si es de música clásica o música gritona.
Todo son sentimientos.
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Me gusta la luz.
Te obliga a admirar.
Sin ningún distractor mental. [Aunque para admirar uno debe pensar]
Sólo admirar... mientras oigo lo que sucede a mi alrededor. No importa si es la naturaleza o si es el tipo que vende camotes.
Todo son sentimientos.
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Por eso me gustan los espejos.
Uno se mira todos los días, sin prestar atención a su propia mirada.
¿Puede reflejarse el alma?

Ahora que la transparencia está de moda (al menos en teoría), la gente gusta de explorar la información disponible para estar al tanto de las acciones emprendidas por los funcionarios públicos. La anhelada transparencia ha provocado un cierto grado de enojo hacia lo que permanece escondido, lo que pasa por debajo del agua; las cosas que no se gritan a los cuatro vientos, por lo tanto, seguro deben ser malas... pero, ¿qué tan cierto es eso?
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Creo que siempre he sido una persona bastante sincera. En ocasiones intento suavizar lo que pienso para no herir a los demás. Pero tiendo a decir lo que pasa por mi mente cuando alguien me lo pregunta. Tengo también una fuerte tendencia a decir lo que siento. Si estoy triste, enojada, contenta o simplemente tranquila, el mundo suele enterarse (en caso de que les interese al menos un poco). Se enteran en mi forma de hablar, en mis palabras, en mis acciones, en mis ojos. Sobretodo en mis ojos. No puedo (y quizás tampoco quiero) engañar a nadie que se tome la molestia de indagar en mi alma.
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Y sin embargo, sigo creyendo que hay secretos que nunca serán revelados. Cosas que ocurren en la vida cotidiana, o que pasan por nuestra mente. Situaciones que nos hacen pensar y sentir en lo más profundo del espíritu. Todo eso que guardamos para nosotros mismos.
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Los secretos siempre han llamado mi atención. Por más que alguien me conozca, dudo que sepa lo que hago antes de dormir, lo que pienso cuando me levanto, lo que siento con un beso. Mucho menos lo que escribo cuando algo me provoca sentimientos difícilmente expresados con palabras.
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Los secretos compartidos son más atractivos.
Sólo tú y yo
Como cómplices
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Los secretos no son malos. Le dan sabor a la vida.
Algunos le dan sentido a nuestra existencia.

Tuesday, June 19, 2007

[¿SABE QUÉ? ¡NO SE DEJE!]
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Últimamente he tenido muchas pláticas que derivan en lo mismo. La cosa no pinta del todo bien. Y sí, vaya que es difícil lidiar con tantos obstáculos antes de que le arranquen a uno los sueños y los ideales. Queriéndolo o sin querer, siempre terminamos preguntándonos si vale la pena.... Tanto esfuerzo para que un hijo de vecina te diga que no pueden contestarte el teléfono porque no tienes un apellido importante... Tanto preocuparse por comprender los problemas del mundo, del continente, del país, de la comunidad... y de repente te frenan con un simple "Ah no, es que la situación es difícil por el presupuesto..."
[Uh, pus uh.. hubiera estudiado pá edecán.]
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Una decepción tras otra. Los que tienen trabajo, los que no lo tienen, los que estudian, los que lo intentan, los que no saben que hacer y evaden las cosas. Definitivamente las crisis existenciales no son experiencias muy felices cuando se viven. Pero ¿será todo el tiempo así? No creo. No sé si estoy aprendiendo o si me estoy resignando. Me inclino a pensar (y deseo con vehemencia) que sea la primera. Pero quien sabe.
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De verdad espero que aguantemos. Creo que esto no le pasa a todo el mundo. Creo que es cosa de unos cuantos, a los que les importa saber de dónde vienen, a dónde van, y sobretodo para qué. No es nada sencillo. Ojalá la estupidez fuera algo de lo que se puede entrar y salir con libre albedrío. Seguro mucha gente dejaría de sufrir por un rato. Por ventura o por desventura, existen raros especímenes a los que les preocupa algo más que el "outfit" que elegirán para antrear y los amoríos de Niurka, después de que tuviera un gran pleito con Bobby Larios [¿a poco no?] Con todo y que buscamos un sentido más amplio en nuestras vidas, no somos nadie. Y todavía la mala suerte se encarga de hacernos cuestionar si todo esto vale la pena. Maldita sea, pues claro que lo vale.
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Ánimo... no podemos caernos todavía. Queda mucho camino por recorrer.
No quiero que me arrebaten los ideales... sin ellos, ¿quién demonios sería?

Thursday, June 07, 2007

Me sentía observada.
El primer día que me percaté de su presencia, salí tranquilamente de mi casa. Y ahí estaba. Parecía no darse cuenta de que estábamos en el mismo espacio, así que no le di importancia. Pero estoy segura de que fue la primera vez que la vi.
Después de varios días comenzó a inquietarme.
Siempre estaba ahí.
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Hasta que comenzó a observarme también.
Cada vez que salía de mi casa, cada vez que entraba. En mi cuarto sentía las miradas, como si pudieran atravesar las paredes. ¿Pero qué demonios quiere esta vieja? Yo ni la conozco...
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No había nadie. Mis papás, mi primo... era como si todos se hubieran esfumado de repente. No podía recordar si habían salido de viaje, o si los horarios eran tan distintos que ya nunca coincidíamos. El teléfono no sonaba. El timbre tampoco. Todos dejaron de buscarme.
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Ahí, en mi habitación, hundida en mis pensamientos trataba de encontrar una respuesta a las muchas interrogantes que abrumaban mi mente. Cosas extrañas habían sucedido desde el día en que noté su presencia, desde el día en que osó mirarme. Algo me decía que las cosas no iban bien.
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Me miraba con asombro. Quizá con espanto. ¿Estaría loca? No sé, y no me importa. Pero venir a mi casa todos los días sólo para quedarse observádome... eso no podía ser normal. Siempre había logrado escabullirse, toda vez que le sostuve la mirada termino por rendirse. Simplemente se escondía, no sé en dónde y no sé cómo. Pero dejaba de verse, como si se desvaneciera en el aire.
No podía dormir. Me sentía terriblemente sola. La casa estaba oscura y silenciosa. ¿Dónde estaban todos?, ¿porqué se habían marchado? No podía recordarlo. Daba vueltas en la cama, agobiada por las dudas y el insomnio. Y ese insoportable frío...
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¡Maldita sea! ¿quién es esa mujer que me mira con asombro todos los días?, ¿porqué está aquí, porqué me observa? , ¿porqué me pasa esto a mi?
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Entró a mi cuarto. ¿Cómo se atrevía a entrar en mi espacio?, ¿con qué derecho invadía mi privacidad? No podía seguir con esa inquietud, y por alguna extraña razón sabía que era ella quien la producía. Decidí hablarle. Habría podido ignorarme hasta entonces, pero esta vez no. No iba a permitir que esa situación continuara.
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- ¿Quién eres?, ¿qué es lo que quieres y porqué demonios me persigues?
Me miró atónita. Comenzó a agitarse, pero permaneció petrificada. Ahí, en frente de mi, completamente inmóvil. Pude adivinar que estaba gritando en su interior. El miedo se había apoderado de su sombrío rostro.
Mi mirada se dirigió hacia el espejo que yacía a sus espaldas. Lo único que pude ver fue una imagen borrosa.
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Y entonces lo entendí.
La muerta era yo

Tuesday, May 29, 2007


*nota: la imagen no tiene absolutamente nada que ver con lo que voy a escribir, pero está inspiradora, ¿no?

¿Pero cómo demonios puede uno saber si se está loco?

Yo no lo sé, nunca lo he sabido. Creo que soy completamente normal... bueno, quizá un poco (o un mucho) complicada, pero ¿quién no lo es? los seres humanos somos complejos... y si no lo fuéramos no tendríamos ningún chiste. Y sí, siempre he sentido que estoy cuerda, aunque me dijeran/digan cosas como "eres demasiado idealista", "te gusta la música de hombre", "estás bien rara", "piensas demasiado", o el simple y directo "¿qué te pasa?"

Pues bueno, hoy no quiero hablar de las miles de cosas y dudas existenciales que pasan por mi cabezota. Lo que sucede es que hace algunas semanas alguien me preguntaba si nunca he pensado que a lo mejor los locos no están locos, sino que tienen capacidades jamás imaginadas por los demás. Y la neta es que sí, lo he pensado muchísimas veces... por alguna extraña razón hoy he estado reflexionando al respecto. No logro descifrar nada.

Justo hace tres días que me explicaron que el funcionamiento del cerebro está relacionado con muchas cosas. Principalmente, puede descomponerse en material genético, la personalidad individual, y la experiencia. Aunque la experiencia tiene, por supuesto, que ver mucho con la personalidad... es posible que dos o más personas tengan una vivencia idéntica, pero todos la interpretarán de manera distinta...

Así que ¿quién está loco? porque a lo mejor la agresividad, o la depresión o lo que sea no es locura sino una forma de vida... o una manera muy personal de lograr los objetivos individuales, y es por eso que el resto no lo entendemos. ¿Y qué hay de los que ven cosas? pues quién sabe... dicen que hay gente más sensible a los fenómenos sobrenaturales. Aunque quien lo dice es precisamente quien dice que aquí abundan extraterrestres, ángeles, demonios, duendes, hadas, unicornios, y hasta trolls... pero... ¿quieren vernos la cara?, ¿lo ven realmente? y si lo ven... ¿están dementes? , o ¿es sólo que los demás no lo vemos porque no queremos, no tenemos suficiente sensibilidad o suficiente fe... creo que no existe una respuesta.

¿Y si los locos somos los que creemos que estamos cuerdos? Porque podría ser que, tal como le paso al mismísimo Neo, haya un mundo totalmente distinto afuera. Así como pasa en lo que creemos real. Por ejemplo, tendemos a juzgar las cosas desde nuestro particular punto de vista, sin darnos cuenta de que existen miles de civilizaciones con culturas, valores y creencias distintas. Suponemos que nuestras creencias son las verdaderas. Pero ¿cómo saber si el mero jefe es Jesús, Alá, Buda... o un dios desconocido hasta ahora? O si no hay un dios... a lo mejor somos un sueño, o un libro, y estamos en manos de alguien. Y a lo mejor no estamos en manos de nadie pero nos gusta creerlo porque es terriblemente macabro pensar que todo, absolutamente todo, depende de nosotros mismos... que estamos solos. No me gustaría estar sola, por eso creo que tengo guardianes en el cielo .. claro, sin pasarme de fantasiosa (¿o sí?)


¿Y será que todos se hacen preguntas como éstas?, ¿o será que ya estoy medio tocadiscos? o... ¿estaré ahora cuestionándome tanto que estoy más cerca de la verdad? y sobretodo: ¿qué demonios es la verdad?


Hoy estoy contenta. ¿Porqué? la verdad es que no lo entiendo, porque tal parece que los astros se han alineado de tal forma que fastidian al 80% de las personas a las que aprecio... por todos lados me encuentro con gente que no sabe qué hacer, a dónde ir, cómo, y para qué. Y por supuesto, yo misma formo parte de ese clan de personalidades perdidas, listas para enfrentarse al mundo pero que no tienen la más remota idea de cuándo y cómo (aunque existen ciertas ideas y fantasías en nuestras mentes retorcidas)
Pero hoy sí estoy contenta. Y lo más raro es que todo se lo debo a un tropiezo que ahora no considero como tal. Bueno, pues el caso es que no logré lo que quería... ¿y adivinen qué? sigo respirando, no me falta ningpun brazo, mi capacidad cerebral es la misma, y ... mi autoestima está medio herida, pero sé que se repondrá pronto.
Lo cierto es que hay muchos caminos para llegar a la meta. ¿Cuál es la meta? emm.. quizá debo pensarlo de nuevo. O tal vez nunca estamos completamente seguros, porque cuando llegamos aparece otra, que pareciera estar más lejos. Me he dado cuenta de que los fracasos nunca son fracasos en realidad. La trilladísima frase de "nunca se cierra una puerta sin que se abra una ventana" es cierta (o así me gusta pensar). ¿Qué perdí? nada. A lo mejor un poco de tiempo. ¿Qué gané? experiencia, un poco más de madurez para aceptar las cosas. Aprendí a dominar las emociones, que no pasa nada si no se logran las cosas a la primera. Aprendí que nunca hay que darse por vencido, y que la adversidad es parte de la vida (gracias H.H.!)
Sobretodo, he de agradecer el encontrarme con gente que no sólo es genial y está dispuesta a apoyarme, sino que posee gran sabiduría. Uno me exhortó a no considerar mi situación actual como un obstáculo o un problema, sino como una circunstancialidad que no tiene porque intervenir en mi proceso de formación. El otro, simplemente me conminó a ser como el Brody.
Y vaya que tiene sentido.

Tuesday, May 01, 2007

Cada vez que sostengo entre mis manos fotografías de la infancia vienen a mi mente un montón de recuerdos. Es verdad que hay algunos amargos. Pero la inmensa mayoría son tan buenos que con frecuencia me sorprendo a mí misma esbozando una gran sonrisa.
- ¡Qué jardín tan grande!
- Dice mi papá que va a tener pasto
- ¿Y vamos a poder dar marometas?
- Yo creo que sí... ¿pero ahorita qué hacemos?
- Correr...
- Y jugar con la tierra
- A mí lo que me gusta es comérmela
- ¿Y si construimos un puente?
- O una casa
- O un castillo...
La memoria no me falla. Lo sé porque las fotos no mienten. Y ahí estamos, en la cochera, Pamela, Pepe, Daniella, Ale y yo. Todos manchados de lodo, pero bien contentos.
Por ahí de los 7 años de edad, comenzó la tradición de visitar a mis abuelitos en Comala cada verano. Hacía un tremendo calor, por lo que las primas aprovechábamos para refrescarnos en la pila de la casa. No era muy grande, pero excelente para jugar un buen rato. Recuerdo como si hubiera sido ayer (y ya empecé a hablar como anciana) que traíamos de moda las Olimpiadas de Barcelona. Así que jugábamos a que éramos clavadistas. Ninguna podía pedir México, porque si no empezaban los pleitos... no sé porqué, pero yo siempre terminba eligiendo Rusia. Lo mejor es que siempre ganábamos todas la medalla de oro, para no despertar envidias ni mucho menos. Y Adriana hacía un gran espectáculo de concentración antes de echarse al agua. (JAJAJAJA)
Supongo que siempre la pasábamos bien en el agua, porque a la hora de bañarse era igual. Nunca quedábamos completamente en cueros, por aquello del pudor. Llenábamos el piso del baño con agua enjabonada y nos deslizábamos de rodillas, hasta topar con pared. Jugábamos a darnos vueltas en el mismo jabón para ver quién aguantaba más, nos hacíamos vestidos y peinados con la espuma... imaginábamos cascadas, ríos, lluvia. Y cómo olvidar la jugarreta entre mi prima y yo, para asegurarnos de que siempre le tocara secar el baño a la otra. (Umm... y eso duró años, ¿cómo es que no se daba cuenta?)
Un día Ramsés nos enseñó a hacer burbujas con un poco de detergente. Recuerdo que la pasamos muy bien ese día (de hecho, tengo una foto en mi pared). A partir de entonces nos volvimos aficionadas. Hacíamos trenes de burbujas, o nos subíamos a la azotea para que el niño de los vendedores de la iglesia se divirtiera tratando de reventarlas. Qué tiempos aquellos... Ni qué decir de los "tesoros" que enterramos tantas veces en casa de mis bisabuelos. A veces todavía me pregunto si seguirán ahí, si algún día las encontrará un curioso o permanecerán ahí hasta el fin de todo.
[Ustedes están presentes en todos mis recuerdos infantiles]
También recuerdo, y no puedo evitar carcajearme cada que lo hago, las anécdotas tijuanenses tales como el juego de "¡Liberen a Willyyyy!". Aunque siempre temí que mi abuela fuera a caerse cuando aventaban la ballena gigante de peluche por las escaleras, debo aceptar que me daba mucha risa.
- Aaaaah pá, me dijo joto....
- Ya cállate y vete a tu cuarto, regresas cuando te calmes
- Pá... ya me calmé
- No es cierto
- ¡Que siiiiiiiiiií, que ya me calmeeeeé!
[Y no se me olvida que me distraían mientras Santa escogía los regalos que amanecerían al día siguiente]
No cabe duda. De niña, todos los días me levantaba con una sonrisa. Quizá es por eso que me rehúso a convertirme en una adulta aburrida, y continúo riéndome de todo lo que puedo.
Lo mejor de todo: que aun me llevo con muchos de quienes marcaron mi infancia.
¡Los quiero!

Sunday, April 29, 2007

KoRn - Hollow Life



Así me siento hoy, después de una gratificante plática... de verdad, gracias al universo por ponerme en contacto con seres humanos que realmente actúan, sienten, y viven como tal.

Pongan atención a la letra, es una de las que más me gustan de Korn, aunque con ella no se pueda gritar y brincar como demente...


No estamos solos.

Wednesday, April 25, 2007

Gracias a todos los ociosos que entran al rincón de un calaca para leer un poco.
Ahora les dejo una recomendación, a todos aquellos que se interesen por apoyar a quienes quieren producir cosas de calidad (y no fregaderas). De paso se cultivan un poco y favorecen la creatividad de nuestros compadres...
la dirección es www.320kbitsrecords.com.mx (no sé si esta liga funciona, espero que sí)
También pueden entrar a través de los links de selección calaquil que tienen a la derecha de la pantalla...
Gracias por leer,
atte la calaca

- Debes creerme. No soy yo quien ha arruinado las cosas. Sólo quise darte la mano cuando creí que lo necesitabas.
- ¿ Y a qué demonios viene eso? Mírame. Estoy cada vez más delgado, más triste, más sucio.
- No es mi culpa. Tú no has querido mejorar ni esforzarte en lo más mínimo. No soy tu madre.
- Lo que pasa es que nadie se toma la molestia de entenderme.
- A mí tampoco. Por cierto, ni siquiera tú lo intentas.
- Es que es diferente. Tú todavía tienes por quién luchar. Yo, en cambio, estoy a punto de rendirme.
- ¿Rendirte? Vamos, no lo has hecho en muchos años. ¿Porqué ibas a rendirte ahora y no antes?
- Porque ahora estoy cansado.
- Eso has dicho siempre.
- Y tú también.
- Sí, estoy cansada.
- ¿De qué?
- De ti. De todo el mundo, porque jamás he sentido una mísera pizca de solidaridad.
- ¿Estás segura?
- Completamente
- A mí me pasa lo mismo.
- ¿Porqué será?, ¿porqué será que nadie ha querido ayudarnos?
- Creo que es porque todo lo tienen. Y no lo quieren compartir.
- Lo mismo opino.
- Entonces estamos de acuerdo en todo.
- No lo creo. Estoy harta de ti.
- ¿Cómo harta?, soy yo quien quiere salir huyendo de esta asquerosa casa. No soporto más vivir aquí.
- Pues márchate de una vez por todas, que nadie te obliga.
- Lo que quieres es quedarte con la casa, y con las pocas cosas que le quedan.
- No. Lo que pasa es que mis necesidades son mayores que las tuyas. Además ya no tienes por quien luchar. Yo sí tengo. Tanto derecho tengo como tú de permanecer aquí. O quizá más.
- Maldita sea. Nadie me apoya. Nadie me entiende. A nadie le importo. Los odio a todos.
- De esto se enterarán los demás.
- ¿De que los odio?
- Precisamente de eso. Lo sabrán. Me apoyarán en todo este asunto.
- ¿Es que tú no los odias?
- Sólo a algunos. Sólo a veces... cuando no están dispuestos a ayudarme.
- Ahora entiendo porqué seguimos juntos, a pesar de todo...
- ¿Porqué? No encuentro nada que me una a ti más que tus propios carpichos.
- No es eso. Es mucho más profundo. Nos unen la locura y el odio.

Monday, April 16, 2007

Hace mucho tiempo que no iba a una feria. Muchísimo. Recordaba que era divertido, pero definitivamente no imaginé que ir de nuevo me trajera tantos buenos recuerdos.

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La feria de San Marcos es enorme. En todo el centro no hay un solo espacio de estacionamiento, así que hay que caminar bastante. No es nada molesto, porque entre la caminata se pueden ver miles de cosas; desde gente bailando hasta niños deslizándose en el alto tobogán de nieve artificial. En ese lugar hay locales de recuerdos, de artesanías, dulces, bebidas embriagantes, y juegos de destreza: "Pásele a la argolla saltarina, la argolla saltarina; ensártela y así de fácil, así de fácil gánese un bonito premio ... a veeeer esos concursantes con pies de plomo, apúrenle que si no las lanzan menos oportunidades de ganar hay ... mire usted pásele, páaaasele al juego del gato, haga una línea y llévese el retrato de Licha Villarreal, y si no le gusta llévese entonces un bonito perro de peluche, ¡igual de bonito!"

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El pequeño "mocho" estaba muy sonriente, observando el caudal de gente (casi increíble) que se divertía en la feria. Lástima que no pudo subirse al carrusel. Se veía bastante emocionado con los caballos, que desafortunadamente tenían una falla y no permitían que nadie cabalgara por el momento. Lo que sí fue divertido fue convertirse en bufones involuntarios al tomar una foto estilo rancho mexicano. La escenografía y los disfraces se veían graciosos, por lo que la gente se amontonó. Satisfaciendo su curiosidad, observé no menos de 20 rostros sonrientes esperando los resultados. No olvidaré al señor de azul, quien insistía en que integráramos una botella de Tequila al cuadro familiar y parecía ser el más feliz entre el tumulto.

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Y nunca faltan las salvajadas. El mentadísimo bungee se eleva a grandes alturas, y no es el tradicional. En esta modalidad, los cables (resortes, o como se llamen) se enganchan a una esfera con tres pasajeros. De modo que cuando se sueltan no sólo salen disparados y experimentan la caída libre, sino que rebotan varias veces. Además, su forma permite que den más de 5 vueltas. Cuando están de cabeza, a una chica se le sube la falda y grita más que nunca. Puedo escucharla hasta la base del juego. Ni a golpes me subiría a una cosa así.

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Caminamos entre nubes de algodón de azúcar. Y no lo digo en sentido figurado. Al parecer el señor era nuevo en el negocio, porque uno de sus brazos (y también su gorra) estaban llenos de dulce. Algunos pedazos salían volando y se mezclaban con la gente, que pertinentemente los atrapaba en el aire para degustarlos. Algunos volaban tan alto que desaparecieron de nuestra vista.

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Junto al casino había dos cosas que llamaban la atención (incluso más que el tipo ebrio que un día antes había estado pidiendo insistentemente Jotos en la mesa de blackjack). La primera era otro ebrio, que contrató a la banda para tocar un par de canciones mientras él cantaba y bailaba como todo un norteño. Luego dejé de observarlo, porque tenía la mirada muy fija y temí que quisiera incluirme en su fiesta personal. La segunda era un grupo de pachecos (que bien pachecos estaban, en su mayoría) que tocaban música africana. Los tambores sonaban bastante bien, y había un gran círculo de espectadores. Algunos le echaban tantas ganas que contagiaban la energía. Dos mujeres pasaron al centro a bailar; lo hicieron muy bien. Después pasó un niño, como de 6 años, que causó sensación por su ritmo a tan temprana edad. Finalmente, cuando el sol se hubo escondido, un chavo de unos 17 danzó con fuego. En combinación con la música me pareció espectacular.

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Hubo que despedirse de la feria y de los acompañantes. Suena triste al principio. Afortunadamente, pude quedarme con una sonrisa en la boca hasta que me quedé dormida.



Thursday, April 05, 2007

Hace tres años que inicié la mejor aventura de mi vida. En realidad ha transcurrido un poco más de tiempo, contando aquellos días, semanas y meses en los que me preguntaba qué rayos pasaría. Creo que las cosas sucedieron de forma inesperada. No esperaba encontrar un amigo tan bueno. Las primeras veces que noté su presencia generalmente soltaba una carcajada. Se burlaba de medio mundo, con una risa particularmente contagiosa que se me pegaba incluso cuando notaba que el objeto de la burla era yo. No fue demasiadas veces, pero de plano esto de disimular no se le daba:
- ¿de qué se ríen?
- de nada
- (seeeeeh, cómo no...)
Y él y su amiguete se reían de nuevo... pero nunca me molestó. (Ahora sé que solían decir que tengo la apariencia de una adoradora de la muerte... jajajaja burros, si yo tan tranquilita que soy)
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Total que poco a poco el señor fue volviéndose más importante, porque resultó que además de tener buen humor tenía un gran cerebro (¿acaso puede haber algo mejor?). Y sinceramente ahí las cosas se vuelven confusas. No recuerdo ni de milagro cuándo y porqué platicamos por primera vez, o cómo nos volvimos amigos. Lo siguiente que mi débil memoria registra es que el individuo en cuestión era ya uno de mis interlocutores favoritos. Y es que se podía hablar de todo; desde los recuerdos infantiles hasta la complejidad del universo, de la existencia, y qué sé yo. Lo único que sé es que poco tiempo después platicábamos en clase, en horas libres, y por si no fuera poco, también a través de la supercarretera de la información, gracias a la tecnología. Podíamos quedarnos horas.... a veces hasta la madrugada. (Conviviendo con el próximamente famoso rapero pertinentemente apodado "el chambras")
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Y entonces llegó el momento. Yo no lo sabía. Pero un buen día me dí cuenta de que las cosas ya no eran iguales, por la sencilla razón de que todo me lo recordaba, y cada vez que pensaba en él aparecía una estúpida sonrisa del tamaño de un elefante en mi calaquil rostro. Primero lo negué todo, creyendo falsamente que se trataba sólo de una buena amistad. Cuando volví a verlo, supe que no lo era.
... Amargos días siguieron entonces, cuando a diario me repetía que nada podría pasar entre nosotros. (Ah, pero no olvido a la buena amiga y sus consejos. Y cito: "qué se me haaace") Y de repente ... que va llegando el momento de la verdad. ¡Y qué verdad! Pocas veces las palabras pueden arrancarme tanto sentimientos como ese día. Caramba, de sólo evocar los recuerdos vuelvo a suspirar. Entonces los días amargos se tornaron en días jocosos con una inmensa cantidad de mariposas estomacales, sonrisas que duraban 2 horas, y un atarantamiento temporal. (Y de por sí ya soy medio tarántula)

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¿Qué puedo decir? Han sido los mejores años de la vida. Claro, cada época tiene su encanto. Pero no quisiera que este terminara nunca...
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Cada día soy más feliz, y si algo quiero en este mundo es tener la capacidad de hacer lo mismo por él.
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Te admiro, te quiero, te amo.
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(Changos, qué cursimente he bloggeado esta noche. Quizá si alguien lo lee sienta un poco de náuseas. No importa, cuando les suceda lo comprenderán... y si ya les sucedió, ¡qué gustazo me da!)

Saturday, March 24, 2007



Cuando era niña, creía que las cosas eran normales. Creía que el universo guardaba cierto orden, y que, como parte de él, todos los seres vivos y muertos teníamos un lugar. Conforme fui creciendo me di cuenta de que eso es totalmente falso. Es verdad, todos formamos parte de algo. Pero no estoy tan segura de que cada quien tenga un sitio. Más bien me parece que el mundo es un conjunto de elementos amontonados sin sentido, y que cada uno tiene como tarea encontrar su rumbo mientras pasa por aquí. Y cuando está allá debe suceder lo mismo.
Lo que es muy cierto es que hay días en los que parece que todo está en orden y otros en que parece un tremendo caos.
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.ose satneis euq oreiuq on etnemavitinifeD. atiroha sonem Y. ogitnoc aresorg ed yotse euq sesneip euq oreiuq on oreP. és on O. odnaipmil odasap eh al em, adanedrsoed asac al aíreuq on euq oerC. adna ísa euq se is, salam ed adna éuqrop in ebas on onu euq adanorgnas ed seuqata sose ed onu órraga em yoh orep, éuqrop és areiuqis iN

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Pues sí, las cosas son muy raras. Y también las personas. Nadie imagina en dónde irán a parar sus amigos predilectos, amigos simples, compañeros, conocidos, desconocidos, y otros fenómenos que nos rodean. Unos tuvieron hijos, otros se volvieron drogadictos, unos más tuvieron que suspender sus planes por algunos años. Otros más nos preguntamos a dónde vamos, cuando en el mejor de los casos sabemos de dónde venimos. Y en el peor de los casos (o quizá en el mejor) nadie se pregunta nada. Se continúa existiendo así, simplemente, flotando en la nada, yendo a la nada, viniendo de la nada… y siendo nada.

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.atsug em oN. oím ol se on esrednetne on ed ose euqroP. ogimnoc asap éuq rebas y amsim oy res oreiuQ. adan res oreiuq on oY

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Recuerdo que alguien me decía riendo que tenía que aplaudir cuando pasaba cerca de mí para que lo notara. Decía que siempre estaba en mi mundo aparte. Que podía pasar justo frente a mí y yo no me daba cuenta porque estaba pensando en otras muchas cosas. Quiero regresar a ese mundo y no ser expulsada nunca más. No me gustaría que me lo arrebataran, aunque a veces parece que así será tarde o temprano. Y no voy a dejar que eso pase.

Me gusta estar en las nubes de mi mundo, en el que puedo hacer todo… y todo puede suceder.


Saturday, March 17, 2007

Crónica de un microbús


-¡Súbale, súbale, súbale, súbaleeeee!
- Oiga, ¿sí llega al metro CU verdad?
- ¡súbaleee!
- ah bueno, gracias... (jajaja bueno pero no me grite)

[música] Adiós, adiós mi amanteeeeeee...
"Y ya sabes: si quieres boletos para los Tigres del Norte llama ahora mismo a la cabina, ¡y así de fácil! Aquí suena... la KeBuena"

- pues ya te digo.. la bronca es que la vieja esa se le lanzó
- uuuuh ps no
- nooo y que le digo: óyeme menso y ¿tú pa qué te andas haciendo el interesante?, y dice: pus si yo no fui el que le habló, y le digo: pus no, pero bien que te gusta ser el chido ¿veá?
- no pus yo que tú ya ni le hacía caso, ahí que se quede con esa y ahí cuando se harte a ver si tú quieres otra vez o ya nada de nada
- ps sí...

Junto a mí, un señor lee atentamente sus apuntes de biología. Se ve nervioso. Me pregunto si será un profesor tratando de preparar su clase o si cursa la secundaria o preparatoria abierta y estudia para el examen que se aproxima. Por mi parte, trato de hacer lo mismo. Pero me mareo y debo dejarlo.

- ¡Un perro!
- Sí, mira, un perrito... ¿cómo hacen los perritos?
- ........
- ¿cómo hacen los perritos?
- .......
- ¡guau, guau! ¿ya te acordaste?
[la niña asiente con la cabeza... más por liberarse de la molestia que por un auténtico ejercicio de la memoria]

Creo que ese es el psiquiátrico. Ya falta poco. Bueno, más o menos, porque con este asqueroso tráfico parece que las cosas están lejísimos. Ya llevo 40 minutos, no puede ser...

- ¿Por unas chelas? Noooo estás loca, pus mejor me hubiera ido al cine con la Susi... pus si son las 2, ¿cómo orita? no, no... aparte me va a regañar mi mamá
-Uuuuh ¡qué aguada! si pareces de la primaria
- chaaaa, bájale no es pa tanto
[la otra chica se ríe]
- ¿qué?
- nos hubiéramos ido caminando ¿no? mira dónde van, ya nos van a rebasar
- ps es que el tráfico está re pesado
- ¿y si nos bajamos?
- órale
- pus va
"Y bueno un saludo para toda la gente bonita que nos escucha desde sus casas, provecho para los que ya están comiendo, y para los que no pues gracias por oír aunque tengan hambre a estas horas de la tarde. Se siente mucho calor en el Distrito Federal, pero vamos olvidarnos de eso con esta buena música a cargo del gallo de oro"
Y vaya que hace calor. El don que está a mi lado ya está sudando. Se baja a toda prisa. Ojalá le vaya bien en su examen, clase, o lo que sea.
- ¿Está ocupado?
- No, no... adelante. ¿No le estorba mi morral?
- no, muchas gracias.
[lo hago a un lado de todas maneras]
- gracias señorita, qué amable. Así me caben mejor las bolsas
- no hay de qué
[me sonríe, extrañada]
- ¿vas a la universidad?
- sí
- ah, me lo imaginé. Con razón vas leyendo. ¿Tienes examen?
- Sí...
- ¡mucha suerte!
- gracias
Qué bueno es ver que todavía queda gente amable que desea buena suerte y sonríe.
- Tonz qué, préstame el dvd ese ¿nah?
- naaaah, luego no me lo regresas
- sí te lo regreso
- ¿y si me lo rayas?
- oooooooh si ni que nunca hubiera puesto una película, chale
- jaja no pero ps es que sí me gustan
- aparte ¿qué? si ni que te hubiera costado de a ciego... ¿adónde la sacastes?
- ps por ahi
- chaa ora muy misterioso ¿nah?
- no pus de ahi del puesto del Púas
- órale ¿y sí las da bara?
- no sé porque namás se las volé
[ambos ríen]
- bueno ¿y qué? , ¿me la das sí o no?
- simón, ¿cuál quieres?
- la que sea
- bueno ten esta, pero no me la rayes ¿eh?
- nel, nel... cálmala
La chica de enfrente me sonríe. Creo que también le causó gracia la conversación ajena.
El tipo de atrás trae un ritmazo con su discman, y se mueve tan estrepitosamente que uno ya no sabe si está muy entrado, si le está dando un ataque epiléptico, o si sólo quiere llamar la atención. Pero la verdad es que lo hace a uno sonreír.
- Gracias, que le vaya bien
- Ándele güerita, igualmente
- gracias
Me pregunto si en verdad le habrá ido bien por el resto del día.

Sunday, March 11, 2007

(y sí... ya sé que parezco loca)


En medio de la penumbra. Sólo una débil flama, extinguiéndose en su recipiente, me daba luz. ¿Y para qué quieres luz? No sé... pero sí. No puedo leer, ni escribir. ¿Y? Pues nada, que quisiera hacerlo... ¡Maldito fósforo! Me quemé los dedos a cambio de un poco de fuego.


Qué linda es la calma de la oscuridad. El aroma acanelado que despide la vela. Y quiero escribir, aunque no vea nada. Pienso en lo bello que sería tenerte aquí, a la luz de esta llama que no alumbra.


Quizá la vida es así. Nuestro espíritu despide una energía formidable. Y como el fuego, baila sin mayor problema en medio de la oscuridad, del universo, de la nada absoluta. Como mi pluma, que va quién sabe a dónde sin un poco de electricidad o sol que la guíe.

Al fin dejé de intentar escribir y me tumbé en la cama. Pensé en lo que hacía la gente en otros tiempos, cuando no había focos y mucho menos televisión, internet y demás porquerías que atiborran nuestra cabeza de información que no elegimos y que poco deja a la imaginación. Todos estaban dormidos, así que el arte de conversar no era una opción para matar el tiempo mientras la Comisión Federal de Electricidad se dignaba a corregir el error que dejó sin luz a más de 4 cuadras. Pero mientras, pude estar atenta a todos los ruidos en los que pocas veces me fijo. Las patitas de Lola trasladándose desde el cuarto de mis papás al mío. El viento entre los árboles. Las gotas de lluvia estrellándose contra la ventana, lenta y acogedoramente (y la verdad es que ese sonido siempre me ha gustado). El sonido de mi respiración tranquila, sin nada qué hacer, nada de qué preocuparse. Pensé en miles de cosas al mismo tiempo. Pensé que si hubiera vivido en otros tiempos me hubiera encantado sentarme en la puerta de la casa a ver cómo pasa la gente. Cómo pasan las vidas. Charlar un poco con los conocidos que, igual que yo, estarían buscando un entretenimiento distinto de leer y escribir porque hacerlo de noche los dejaría ciegos.


Y así me quedé en mi cama. Imaginando lo que hay más allá de la luna y las estrellas. Soñando con tocarlas un día. Pensando si hay vida en otros planetas y si se parecen o no a nosotros. La débil luz de la vela hacía brillar los objetos reflejados en el espejo del tocador. Ahí estaba la imagen de mi siempre querida calaquita teotihuacana del día de Judas. De verdad que es extraño tenerla aquí, igual que a la calaca guanajuatense. Me hizo pensar en cuántos días de trabajo debió costar hacerlas, y en cuál sería el destino de las otras. La respuesta es fácil: las quemaron. Porque eso se hace con ellas el día de los Judas. En lugar de perecer en el fuego, ésta adorna mi habitación y brilla con el fuego que me alumbra. Cuestión de suerte, como todo lo que sucede en este mundo. O en el otro.


Y pensé en las cosas que me gustan. Como cuando se iba la luz y mi abuelo hacía figuras con las sombras en la pared. Pasábamos horas hablando, y jugando con las palabras.


Recordé miles de cosas. Pensé en lo que fue de mi pasado y lo que será de mi en el futuro. Se ve un poco borroso aun. Quién sabe si en unos años seguiré escribiendo de esta forma, si seguiré disfrutando oír la lluvia en medio de la oscuridad, mientras imagino un montón de cosas con sentido y sin sentido, sobre la energía, el espíritu, el amor, la amistad, lo blanco y lo negro, las flores, lo inmenso del océano y lo pequeño de las células que nos forman. Lo maravilloso, lo triste, lo aburrido, lo divertido, las lágrimas, las mariposas, los peces, las nubes, las aves, las montañas, la nieve............................... y lo profundo de la oscuridad... y lo extrañamente hermoso que es estar inmersa en ella, sola, pensando en este cúmulo de estupideces que quizá no lo son, y que por lo menos me mantuvieron entretenida. Apartada de todo durante unas horas. Hasta que el sueño me venció, e hice desaparecer la flama que acanelaba el aire de mi cuarto.

Thursday, March 01, 2007

Paquito era un niño travieso.
Se robaba las galletas de la alacena, se reía de sus hermanas, se la pasaba jugando en la calle. Pero, sobre todas las cosas, le encantaba desarmar cuanto artefacto se atravesaba en su camino. Así ocurrió con las finas tijeras que compró su mamá. Y así ocurrió también con el radio. Le gustaba quitar todas las piezas y volver a juntarlas, aunque generalmente nada volvía a funcionar.
Y lo mismo pasó el día en que su padrino le regaló ese flamante juego de carpintería. Era una auténtica fregonería, porque incluía sierra, martillo, clavos, cinta métrica y todo... Pero ¿cómo usarlo?, ¿dónde estrenarlo? Porque por más que viviera en una nice casa Polanquera, ahí no tenían madera disponible para probar sus dotes como carpintero. ¿Qué tal un árbol? No... demasiado trabajo, sería muy difícil de cortar.
Después de mucho pensar, supo que era hora de irse a la cama... (¡la cama! no.. tampoco)
En la mañana se despertó antes que el resto de la familia. Quizá la calma matutina fue el elemento que propició que la imaginación volara, trayendo una gran idea. ¿Cómo no lo había pensado antes? pero claro... ¡el comedor! No era más que una mesa vieja con un montón de sillas igual de viejas, desgastadas... pero con la intervención del maestro carpintero todo quedaría como nuevo... y vaya que sí. De prisa... hay mucho trabajo que hacer y poco tiempo disponible si esto va a ser una agradable sorpresa de renovación hogareña y decorativa...
- ¡rayos! esto no quedó como quería... las patas están un poco chuecas... quizá si corto un poco más y vuelvo a clavarlo....
Buen regaño se llevó cuando los démás despertaron y se dieron cuenta de la buena pero problemática obra de Paquito. Su juego de carpintería fue decomisado y a partir de entonces no intentaría redecorar la casa por ningún motivo. (Aunque bueno... después vino el pasaje de la perilla arrancada que no pudo irse por la taza del baño)
¿Quién pensaría que 20 y tantos años después sería él quien permitiera dejar volar la imaginación de aquella peinadora profesional, que le ponía ligas en la cabeza y moños en la barba? Pocos vaticinaron el éxito que tendría... en su vida académica, laboral, personal, familiar... A exactamente 53 años y 2 días de su nacimiento, Paquito continúa arrancando una que otra preocupación, pero sobretodo sonrisas.
A mí me regala varias todos los días. Y lo sabe perfectamente. Lo único que no sabe, es que es una de las personas que más admiro...

Friday, February 23, 2007

Hoy sólo quiero decirte GRACIAS.
Gracias por aguantarme, gracias por dejarme lagrimear en tu hombro, gracias por hacerme reír aun en los momentos más difíciles. Por permitirme desahogar mis miedos más profundos, y por escuchar mis más grandes ilusiones... en las que siempre estás tú.
Te agradezco inmensamente lo que hiciste hoy, porque sé que no fue nada sencillo, y porque eres de los pocos seres humanos que entienden lo que me sucede últimamente.
Y te agradezco porque, a veces, un abrazo dice más que mil palabras de consuelo. Y una mirada dice más que mil abrazos.
Gracias por ser tú. Gracias por dejarme entrar en tu vida.
Gracias por ser mi ángel