Thursday, June 28, 2007

Ahora que la transparencia está de moda (al menos en teoría), la gente gusta de explorar la información disponible para estar al tanto de las acciones emprendidas por los funcionarios públicos. La anhelada transparencia ha provocado un cierto grado de enojo hacia lo que permanece escondido, lo que pasa por debajo del agua; las cosas que no se gritan a los cuatro vientos, por lo tanto, seguro deben ser malas... pero, ¿qué tan cierto es eso?
.
Creo que siempre he sido una persona bastante sincera. En ocasiones intento suavizar lo que pienso para no herir a los demás. Pero tiendo a decir lo que pasa por mi mente cuando alguien me lo pregunta. Tengo también una fuerte tendencia a decir lo que siento. Si estoy triste, enojada, contenta o simplemente tranquila, el mundo suele enterarse (en caso de que les interese al menos un poco). Se enteran en mi forma de hablar, en mis palabras, en mis acciones, en mis ojos. Sobretodo en mis ojos. No puedo (y quizás tampoco quiero) engañar a nadie que se tome la molestia de indagar en mi alma.
.
Y sin embargo, sigo creyendo que hay secretos que nunca serán revelados. Cosas que ocurren en la vida cotidiana, o que pasan por nuestra mente. Situaciones que nos hacen pensar y sentir en lo más profundo del espíritu. Todo eso que guardamos para nosotros mismos.
.
Los secretos siempre han llamado mi atención. Por más que alguien me conozca, dudo que sepa lo que hago antes de dormir, lo que pienso cuando me levanto, lo que siento con un beso. Mucho menos lo que escribo cuando algo me provoca sentimientos difícilmente expresados con palabras.
.
Los secretos compartidos son más atractivos.
Sólo tú y yo
Como cómplices
.
Los secretos no son malos. Le dan sabor a la vida.
Algunos le dan sentido a nuestra existencia.

No comments: