Sunday, August 31, 2008


Siempre digo que "ahora sí voy a seguir escribiendo" y no la cumplo...

disculpen ustedes, amables lectores cibernéticos, que ya hace mucho tiempo que no publico más tonterías en el rincón de la calaca.


La verdad es que estos meses han sido muy intensos, y por más ridículo que suene, estoy segura de que han cambiado mi vida por siempre.


Espero escribir cosas con un fondo un tanto más feliz que el de antes. No es que los problemas hayan desaprecido, pero al menos he recuperado un poco la confianza en el viejo dicho de que cuando luchas por algo finalmente la vida te da una oportunidad. Y eso es todo lo que pedía: una oportunidad.


En estos meses se han ido personas importantes... el cielo tiene ahora más ángeles y la Tierra más lágrimas, pero qué se le va a hacer. Lo que verdaderamente importa es lo que hemos aprendido de ello.


También han venido personas nuevas. Se han estrechado amistades y lazos familiares; poco a poco se disipa la niebla y nos damos cuenta de quiénes son en los que se puede confiar. Como siempre, el propio tiempo quita las máscaras y el viento se lleva lo malo.


No creo que la batalla esté ganada todavía. Sé que faltan muchos pasos por dar, pero ahora sé que sí pueden darse. O eso espero...


Sobretodo, he aprendido que la vida puede cambiar en un parpadeo. Que cuando parece que no hay salida la luz llega de repente, y es tan cegadora que no puedes creerlo. Aprendí que el mundo es inmenso, que no somos sino un grano de arena o de sal en el universo... que todo ese mundo ofrece un montón de posibilidades y de alegrías, y que son esos pequeños detalles los que hacen la felicidad.


Creo que si estamos aquí es para rescatar esos pequeños trozos de alegría, antes de que el lado perverso del ser humano termine por cubrirlos para siempre