Wednesday, December 30, 2009

Fin de año otra vez.

Generalmente estas fechas me gustan, a pesar de que me pongo todavía más reflexiva y melancólica que el resto del año... y vaya que es mucho decir.

Estar con la familia en Tijuana, con un frío del demonio, me hace recordar la hermosa infancia que tuve. Hacen falta mi abuelita y mis primos... sus gritos, sus risas (un samurai siempre debe de estar alerta), sus abrazos y sus chistes. Con todo, estoy feliz de estar otra vez en la casa. Veo los monos de Disney cantando, los conejos, y la bota que dice "Mariana"con letras rojas. Me acuerdo de todo lo que hemos vivido juntos y pienso que soy una mujer muy afortunada.

Desde el principio.
Salud, qué comer, dónde vivir y hasta oportunidad de estudiar. Una familia amorosa, amigos inigualables, y el amor más puro y fuerte del mundo. De ese que nunca jamás quieres soltar, porque sabes que están hechos el uno para el otro, y que por más que parezca que las cosas se desmotonan estarán siempre juntos.

No sé por qué me abrumo con tanto problema existencial, si el universo parece conspirar para darme la mejor vida del mundo. No importa si me dicen que soy demasiado idealista. La vida se ha encargado de darme lecciones como para saber que no estoy en un cuento de hadas, pero sería muy estúpido no valorar lo que tengo...

No me arrepiento de nada.
El 2009 dejó muchas cosas buenas y malas, pero todas son experiencia.
Espero de verdad que el 2010 no sea como todos nos lo imaginamos.
Espero que traiga esperanzas de un mundo mejor.

He dicho...

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