Monday, April 21, 2008

¿Hasta cuándo?
¿Hasta cuáaando, Dios mío, seguiré viviendo en un lugar sin sentido?
No quiero ser quejumbrosa... sólo es el orden del desorden lo que me tiene confundida. O quizá la confundida soy yo, y resulta que todo está puesto en el más lógicamente coherente orden jamás imaginado.
Así son las cosas. Al que le echa ganas le va regular, y al que echa la flojera le va de maravilla.
Las mujeres plásticas son bonitas, y las naturales feas.
Los hombres que parecen mujeres son guapos, y los que parecen hombres son horrendos.
Las personas inteligentes aburren, las superficiales son divertidísimas.
La música con sentimiento nadie la siente; en cambio, las letras sin sentido todos las saben.
Los libros han pasado de moda, ¿para qué leer si puedes ver Fuego en la Sangre u Hoy?
Los que protestan son revoltosos, los que maduran no dicen nada.
¿Qué somos? No sé... ¿desde cuándo aceptar la realidad es sinónimo de conformarse con ella?
Y ¿cuál es la forma de sobrellevarla? protestar violentamente, pacíficamente, hacer mucho o no hacer nada, pensar o no pensar, actuar o no actuar, ser parte de lo mismo.. lo mismo.. rendirse ante lo normal del sinsentido o ser un anormal que busca.... que se busca a sí mismo dentro de los demás, y que busca a los demás en sí mismo.
Será que me vuelvo loca. Será que siempre lo estuve.
¿Y ahora qué? A seguirle dando, mientras me contento con un poco de televisión por cable...

1 comment:

Anonymous said...

Siempre me he preguntado cosas similares.

Hace poco tuve una plática con personas un tanto cercanas sobre un par de amas de casa que les gusta la lectura, terminaron sus estudios universitarios y, sin embargo, les encanta ver La Oreja. La conclusión a la que pude llegar de tal encuentro fue que la vida en sí misma tiene un sin fin de pruebas, obstáculos, dificultades y el sentarse a reflexionar sobre los mismos o tratar de resolver uno y otro después de una jornada laboral doméstica, lidiar con hijos o con su esposo resulta engorroso, resulta que no les (nos) enseñaron nunca cómo ser Súper Hombres, Súper Mujeres y, simplemente, se nos demanda serlo. Entonces, después de que las amas de casa tienen tantas cosas en qué preocuparse, una ventana de escape como La Oreja o como cualquier otro programa de televisión abierta, como el soccer (símil masculino del programa ya citado), resulta en una evasión de escape a la realidad, de negación a sí mismo, de no responsabilizarse, de no tomar las riendas de la vida, simplemente de ausentarse.

Para lo que escribes yo creo que, precisamente, el responsabilizarnos de nuestros actos, de nuestros problemas, de las responsabilidades, el estar siempre comprometidos con nosotros mismos, con lo que pensamos, con lo que queremos, no dejar que nos alcance el ocio de la masa, los estero y arquetipos, mantenernos alejados de las cosas en las que no creemos (más nunca ignorarlas y sí conocerlas)... Creo que podemos empezar por ahí, por eso y por muchas otras cosas...

No creo que si toda una masa cree que soy un idiota quiere decir que lo sea. Si la persona en la que creo, cree en mí, yo vivo y hago frente a todas las adversidades que se presenten.

Por más romántico que suene, prefiero vivir con mi verdad y solo a vivir rodeado sin ideas propias.