Thursday, January 25, 2007

Esta vez hace mucho que no escribía. Nuevamente, las condiciones en mi entorno provocaron que tuviera que olvidarme de la expresión escrita digitalizada... ¿estoy muy ocupada? No... sucede algo raro. No tengo obligaciones que me agoten el tiempo. Lo que pasa es que he pensado mucho en estos días.. la reflexión también cansa.
La verdad es que no sé sobre qué escribir hoy. Podría describir mis actividades de las últimas semanas, que aunque han sido espaciadas son valiosas... he tenido tiempo y ánimo de leer, de escribir algunas cosas que no publicaré, de hablar y salir con los amigos a los que no había visto y que suelo extrañar... sobretodo, ha dado tiempo para pensar a qué quiero dedicarme y dónde llevarlo a cabo. Parecería estúpido, pero incluso creo que es gracias a estas cosas que uno aprende realmente a moverse... creo que es parte del proceso de madurar. O tal vez estoy diciendo pura tontería.
¿Y si habláramos de otra cosa? Bien. Estoy preocupada. No es que quiera estar de negativa hoy. En serio... cuando veo las noticias no puedo evitar sentir algo en el estómago. Ese miedo por mi país. Sé que es terrible decirlo. Pero ¿cómo no preocuparse ante el ascenso de los precios y de los índices de desempleo? , ¿cómo permanecer inmutable ante las declaraciones de un brillante siervo del Señor mientras asevera que "no es la gran tragedia de México"? Es difícil. Cada mes observo que hay más gente trabajando en las esquinas. Y no es una mera fijación, porque incluso he llegado a contarlos. Trabajan por turnos. Hay quienes limpian, piden, malabarean. Venden comida, cigarros, sacudidores, baterías, calculadoras, libros, guías, juguetes. Los hay ancianos, jóvenes y niños. Hombres y mujeres. Sanos y discapacitados. Pienso en ellos mientras conduzco a mi hogar, preguntándome ingenuamente si algún día lograré hacer algo que cambie sus vidas. Aunque sea sólo por un momento. Aunque sea con una sonrisa. Dicen que esa gente está así porque quiere. Es lo más estúpido que he oído en mi vida.
No quiero pensar en situaciones tristes y angustiosas. ¿Y si habláramos de otra cosa? Hace tanto frío que me gusta meterme entre las cobijas y tomar un rico café caliente. Es como si aliviara mis pensamientos y mi espíritu. Ayer fue así como me quedé dormida, después de beber una taza. Pensando en ti, en tus brazos, en tu conmovedora mirada...
Sí. La vida es buena.
Ha sido muy buena conmigo...

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