Sunday, December 10, 2006

Anoche me miré en el espejo.

No cabe duda de que soy un ser algo ajeno a este mundo. Y nunca lo he negado. Físicamente no soy rara. Quizá me caracteriza la complexión calaquil que rebasa los 10 kilos por debajo de lo que debería pesar, por una condición metabólica siniestra de nacimiento. Tal vez la ceja al estilo Frida, el cabello rapunzelesco y la forma de caminar cual pantera rosa. No sé. De cualquier modo nunca he considerado que mi aspecto sea particularmente distinto al de los demás.
A veces creo que pienso y siento diferente.
No me atrevo a adivinar cuántas personas observan con atención su reflejo.
En ocasiones, la imagen puede ser aterradora. Así que se usan cosas para esconderla: maquillaje, ropa, perfumes........
pero lo peor es cuando se usan acciones, risas, palabras y pláticas burdas para esconder lo que realmente se es.

22 años de existencia han sido insuficientes para hacerme comprender porqué el ser humano es incapaz de aceptarse a sí mismo. Incapaz de ver su interior y de entender lo que le sucede.
¿Qué es la felicidad?, ¿como obtenerla?, ¿es acaso un sueño inventado por las viejas generaciones para darles esperanza a las nuevas? es quizá un motor, y nada más. Inalcanzable.
Personalmente, creo que es algo muy real en la medida en que el individuo esté consciente de quién es. El resto nunca encuentra nada, porque en el fondo no quiere. Y es que hay cosas que quisiéramos simplemente ignorar. El problema es que mientras más se ocultan más poderosas se vuelven.

Puedes lucir hermosa con un poco de maquillaje. Pero ¿quién te quitará la porquería que llevas por dentro? Nadie. Y luego viene lo peor: el desencanto.
No sé qué es lo que sucede. Quizá soy dura para juzgar cosas que no me corresponden.
Pero por Dios, ¿cuándo fue que el planeta Tierra se transformó en el mundo de Barbie y Ken? Por todos lados veo a la gente corriendo, triste, desesperada, vacía... y con una gran sonrisa mientras ingiere un poco de alcohol y baila al ritmo de la música, igualmente vacía.
Desde que el valor de las personas se mide en popularidad, todo se fue al demonio. No eres popular si no has tenido 80 parejas, aunque fuera sólo por jugar o por incrementar tu ego. Mucho menos si no antreas. Definitivamente, no es de gente popular no hablar y vestir como lo dicta la moda, o decidir acercarse a alguien que el resto margina.
No. Si quieres ser popular, jamás debes hacer lo que te nace o lo que simplemente te da la gana.

Ya nadie vale nada,
Y entonces hay que aparentar.

Pero las apariencias engañan. Incluso podemos sentir que sabemos quiénes somos sin tener la más remota idea de ello.

Somos títeres de algo más fuerte. Hasta que la vida pierde el sentido, en medio de la frivolidad cotidiana.
A veces, las pérdidas son mayores cuando aparentemente se gana.

Qué porquería.
Quiero observar bien mi reflejo... espero encontrarme conmigo misma.

1 comment:

Anonymous said...

Princesita:

Compartiré contigo algo que vino a mi mente. Verás, actualmente trabajo sin que me paguen, pero de cualquier forma me arreglo como si lo hicieran. Descubrí que muchas personas no nos arreglamos para "maquillar" lo que no queremos mostrar u ocultar nuestro verdadero yo. Simplemente es como para exigirme más a mí mismo, no quedarme con la idea de que la inteligencia (y no es que sea harto inteligente) y el arreglo personal esmerado, no obsesivo, están peleados. No lo están, en lo absoluto. Creo que compaginan. Quererse y cuidarse es parte de estar bien. Sin exagerar, pero buscando un equilibrio y una superación personal. Durante toda mi carrera pensé que la apariencia no importaba. Sigo pensando lo mismo. Sólo importa en la medida en que a uno mismo le importe y le proporcione felicidad. Lejos de lo que los demás puedan opinar... Concluyo algo sencillo: arreglarme es superarme, porque no me arreglo sólo para los demás, lo hago principalmente porque me gusta observarme al espejo con gran detenimiento acompañado de un ojo crítico agudo que no deja ir ni siquiera la más mínima marca de acné... Ver mi reflejo arreglado es ver todo lo que soy y al mismo tiempo, lo que puedo ser... Es un rollo aspiracional. No lo sé... Creo que tengo sueño... Buenas noches princesita.