Tuesday, December 19, 2006

Mark Ryden




La noche es larga
La vida es corta

Mi alma, oprimida, escapa entre la oscuridad




¿En dónde estás?

Me gusta pensar que somos uno


¿Qué es esto? seguramente un vuelo más.

A ese universo paralelo

al que suelo irme cuando no quiero seguir derramando lágrimas


De incertidumbre

de tristeza

de alegría

de dolor

de emoción

de felicidad

de amor


Te amo.

Te amo como nunca imaginé amar a nadie.


No sé qué escribo.

Lo único que hago es dejar que mis dedos hagan el trabajo.

Todo lo que tenga que salir quedará plasmado.

Ideas

Pensamientos

Sentimientos

Conceptos

Sueños


Tengo miedo.

Eso es todo.

Quién sabe qué miraba. Quizá la pared, o el horizonte, o la nada. La nada infinita que rodeaba el universo de su fantasía. Absorta en sus pensamientos. Con un nudo en la garganta. ¿Y todo para qué? Pensar...
Él era un niño muy travieso. De la escuela lo corrían porque hacía demasiado alboroto. Peleaba mucho con sus compañeros. Cuentan que alguna vez su madre quiso pegarle para reprenderlo por sus travesuras; pero antes de que eso sucediera, tomó una piedra y la estrelló contra el cristal del aparador de la tienda que tenía la familia. Y se echó a correr. Corrió tanto que llegó a otro pueblo, fatigado, mientras sus padres se preocupaban por su paradero.
Corría bastante bien. Todos los días jugaba carreras con sus amigos en la corniza del puente. Y era bastante alto. Ahora sólo se ven piedras y unos cuantos árboles. Pero entonces era todo diferente. Corría por ahí un río caudaloso, que se desbordaba constantemente. Si uno de los niños hubiera caído, seguramente nadie lo habría vuelto a ver.
No cambió mucho. Pero tuvo que enfrentarse a grandes cosas. Cuando vino la Revolución Cristera, fue imposible seguir estudiando. El toque de queda comenzaba a las seis. Era por seguridad de los habitantes del pueblo. Así que no había nada qué hacer. Absolutamente. Claro, sin televisión ni una buena plática con el vecino no podía hacerse mucho. Y es que el temor prevalecía... porque siempre podía oírse a los cristeros gritando. O a los federales. Muchas veces amanecía la gente muerta, las casas saqueadas, la escuela incendiada.
Todo se lo debía a Félix Alcaraz. Fue él quien le prestó una caja entera de libros de A. Dumas... Todas las tardes leía, leía, aprendiendo todas las cosas que sus páginas encerraban. Supo de historia, de ortografía, de literatura... y de los sentimientos.
- ¡Despierta!
- ¿ qué pasa?
- ¿ Dónde está el dinero? ¡Habla pronto, que te mato!
- Pues en el banco...
- ¿Acaso crees que estamos jugando? ¿te burlas de nosotros? El dinero.. ¡me lo dices o te mato?
- No sé en donde está... (¿es que estoy alucinando por la calentura, o realmente tengo un rifle en las costillas?)
Qué aventura. De no haber sido por los federales, en ese mismo momento su vida hubiera terminado. Así de rápido. Así de simple. Quién diría que tendría 8 décadas más, para contarnos lo que había pasado.
Cuando la conoció quedó enamorado. Se subía a la torre de la iglesia para espiarla. Ahí podía observarla cuantas veces quisiera. El resto lo haría Amparo. Como los padres de ella podrían enojarse, se encargaba de entregarle todos los paquetes que le enviaban. Perfumes, flores, cartas... No cabe duda que eran otros tiempos. Cuando el amor era difícil de ganar y de conservar. Cuando era sólo entre dos y duraba toda la vida. Quizá mi alma es de otro tiempo también...
Nunca se detuvo. Terminó la primaria siendo un adulto, como una muestra de su compromiso con la educación. Y fue así como alfabetizó a casi todo el pueblo. Fue músico en una banda. Fue asistente de peluquero (y alguna vez atendió al mismísimo Lázaro Cárdenas). Crió gallinas y vacas. Fue cazador. Fue presidente municipal. Fue esposo, y padre de cinco hermosos hijos.
Cuando crecieron todo cambió. Algunas cosas buenas se desvanecieron. Y vinieron otras.
Te recuerdo.
Te recuerdo cuando leías, hasta que la luz del día no daba para más. Te concentrabas tanto... y a veces los párpados se hacían pesados y dormías cuando la historia estaba más interesante.
Recuerdo el olor del café y el pan en la mañana. Tu voz. La forma en que te aclarabas la garganta cuando estabas nervioso.
Recuerdo a la perfección tus manos. Deteniendo la portada de un libro. Jugando conmigo. Abrazándome.
Nunca fallabas cuando te visitábamos. Intentabas cargar la maleta y no te lo permitíamos. Decías "cómo has crecido... ya pasaste a Angelina" y luego tratabas de cargarme a mí; por supuesto que jamás te dejé hacerlo... "no, no, no... te lastimas"
Creéme... no voy a olvidar tu mirada cuando nos veías llegar. Cómo te reías con los ojos. Con esos ojos grises de contorno café. Unos de los más hermosos y profundos que he visto en mi vida. Tan llenos de ternura.
Me encantaba que me dieras la bendición, con tantos besos y agarrándome la nariz para jugar.
Recuerdo que cuando rezabas el rosario te quedabas dormido.
Sé que la hora de comer era a la una de la tarde. Todo te gustaba. ¿Y de postre? Una paleta helada. Había que darse lujos de vez en cuando...
Lo demás no quiero recordarlo.
Me duele demasiado....
Es verdad que el tiempo lo cura todo. Pero hay cosas que jamás se olvidan... no es rencor. Se llama memoria. Hay cicatrices que dolerán siempre.
No sé porqué he pensado tanto en ustedes últimamente. ¿Sabes? Estoy segura de que estuvieron conmigo el martes. Y el sábado. Y todos los días. Quizá el efecto raro de una fotografía me hizo creer con mayor firmeza que estamos siempre juntos. Supongo que estarías contento. Siempre interesado por la educación, hablando de lo mucho que lograría...
¿Porqué son así las cosas? Seguro estuviste también al pendiente cuando rompí en llanto. Warum? Warum ist sie schlecht mit mir? Was habe ich gemacht? Mein Herz tut weh. Ich weisse nichts. Was passiert und was soll ich denken? Bin ich verrückt? Ja... Die verrückte Fraulein.
Hilf mir...
Gracias por estar conmigo siempre.
Te adoro. Aprendí mucho de ti.
Y sigo haciéndolo...
Quién sabe qué miraba. Quizá la pared, o el horizonte, o la nada. La nada infinita que rodeaba el universo de su fantasía. Absorta en sus pensamientos. Con un nudo en la garganta. ¿Y todo para qué? Pensar...
Pensar con lágrimas en los ojos.

Sunday, December 10, 2006

Anoche me miré en el espejo.

No cabe duda de que soy un ser algo ajeno a este mundo. Y nunca lo he negado. Físicamente no soy rara. Quizá me caracteriza la complexión calaquil que rebasa los 10 kilos por debajo de lo que debería pesar, por una condición metabólica siniestra de nacimiento. Tal vez la ceja al estilo Frida, el cabello rapunzelesco y la forma de caminar cual pantera rosa. No sé. De cualquier modo nunca he considerado que mi aspecto sea particularmente distinto al de los demás.
A veces creo que pienso y siento diferente.
No me atrevo a adivinar cuántas personas observan con atención su reflejo.
En ocasiones, la imagen puede ser aterradora. Así que se usan cosas para esconderla: maquillaje, ropa, perfumes........
pero lo peor es cuando se usan acciones, risas, palabras y pláticas burdas para esconder lo que realmente se es.

22 años de existencia han sido insuficientes para hacerme comprender porqué el ser humano es incapaz de aceptarse a sí mismo. Incapaz de ver su interior y de entender lo que le sucede.
¿Qué es la felicidad?, ¿como obtenerla?, ¿es acaso un sueño inventado por las viejas generaciones para darles esperanza a las nuevas? es quizá un motor, y nada más. Inalcanzable.
Personalmente, creo que es algo muy real en la medida en que el individuo esté consciente de quién es. El resto nunca encuentra nada, porque en el fondo no quiere. Y es que hay cosas que quisiéramos simplemente ignorar. El problema es que mientras más se ocultan más poderosas se vuelven.

Puedes lucir hermosa con un poco de maquillaje. Pero ¿quién te quitará la porquería que llevas por dentro? Nadie. Y luego viene lo peor: el desencanto.
No sé qué es lo que sucede. Quizá soy dura para juzgar cosas que no me corresponden.
Pero por Dios, ¿cuándo fue que el planeta Tierra se transformó en el mundo de Barbie y Ken? Por todos lados veo a la gente corriendo, triste, desesperada, vacía... y con una gran sonrisa mientras ingiere un poco de alcohol y baila al ritmo de la música, igualmente vacía.
Desde que el valor de las personas se mide en popularidad, todo se fue al demonio. No eres popular si no has tenido 80 parejas, aunque fuera sólo por jugar o por incrementar tu ego. Mucho menos si no antreas. Definitivamente, no es de gente popular no hablar y vestir como lo dicta la moda, o decidir acercarse a alguien que el resto margina.
No. Si quieres ser popular, jamás debes hacer lo que te nace o lo que simplemente te da la gana.

Ya nadie vale nada,
Y entonces hay que aparentar.

Pero las apariencias engañan. Incluso podemos sentir que sabemos quiénes somos sin tener la más remota idea de ello.

Somos títeres de algo más fuerte. Hasta que la vida pierde el sentido, en medio de la frivolidad cotidiana.
A veces, las pérdidas son mayores cuando aparentemente se gana.

Qué porquería.
Quiero observar bien mi reflejo... espero encontrarme conmigo misma.

Tuesday, December 05, 2006

triste
confundida
llorosa
la cabeza me da vueltas
y no sé que hacer
sonrío
lloro
grito
me desespero
nadie entiende
y no entiendo nada
por más que me esfuerzo...
quiero hacer todo
no quiero hacer nada
río mientras por dentro lloro
y derramo lágrimas aunque sé que todo está bien
siento la angustia de la incertidumbre
y la tranquilidad de la calma a futuro
¿qué demonios está pasando?
estoy harta
estoy gris
estoy feliz
tan confundida...
a veces sólo quisiera desaparecer
y evitar sentir tanto


quiero volar

Friday, December 01, 2006

¿estoy dormida o despierta?
no importa... sigo soñando

Quizá de eso se trata la vida...